El cáncer de ovario, conocido por su avance silencioso, podría empezar a mostrar señales antes de los síntomas gracias a un hallazgo clave realizado por científicos de la Clínica Mayo, en Estados Unidos.
El equipo identificó por primera vez alteraciones microscópicas en las trompas de Falopio de una paciente joven con predisposición genética, lo que abre una puerta hacia estrategias de detección temprana.
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Este descubrimiento refuerza la teoría de que las trompas de Falopio serían el origen más frecuente del subtipo más agresivo de cáncer de ovario. El estudio, publicado en la revista JCO Precision Oncology, analizó el caso de una mujer de 22 años con mutaciones en los genes BRCA2 y TP53, asociados a síndromes hereditarios de cáncer. Aunque no presentaba síntomas y un quiste ovárico resultó benigno, optó por una cirugía preventiva que incluyó la extirpación de ovarios y trompas.
Fue durante el análisis de las muestras quirúrgicas cuando los investigadores detectaron alteraciones celulares sospechosas en el epitelio de las trompas. “Vislumbramos un fenómeno inusual y revelador”, explicó el doctor Nagarajan Kannan, coautor del estudio. El hallazgo podría permitir anticipar la enfermedad incluso antes de su aparición clínica, especialmente en pacientes con antecedentes familiares.
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El cáncer de ovario representa un serio problema de salud pública. Según la OMS, en 2022 se diagnosticaron más de 324.000 casos en el mundo, y en Argentina, alrededor de 2.200 por año. El principal obstáculo es su detección tardía: entre el 70% y 80% de los casos se identifica en etapas avanzadas, cuando las posibilidades de tratamiento se reducen drásticamente.
Fuente: Infobae.
Imagen ilustrativa: BBVA.