En San Patricio del Chañar, la Bodega Familia Schroeder combina enoturismo y paleontología con un descubrimiento único: restos fósiles de un dinosaurio hallados bajo sus cimientos.
MIRÁ TAMBIÉN | Pixar anunció Gatto, su nueva película original
En el corazón del Alto Valle neuquino, San Patricio del Chañar guarda un secreto fascinante que une el pasado remoto con los placeres del presente. La Bodega Familia Schroeder no solo es reconocida por la excelencia de sus vinos patagónicos, sino también por un descubrimiento que la convirtió en un destino enoturístico sin igual: los restos fósiles de un dinosaurio de 75 millones de años fueron hallados en el mismo lugar donde hoy funciona su cava subterránea.
El hallazgo ocurrió en 2002, cuando una excavación para construir los cimientos de la bodega reveló una “piedra rara” que resultó ser parte de un saurópodo desconocido. Paleontólogos del Centro Paleontológico Lago Barreales confirmaron que se trataba del Panamericansaurus Schroederi, nombrado en honor a la familia fundadora y a la petrolera que colaboró en las tareas de rescate.
Desde entonces, la bodega incorporó el legado jurásico a su identidad: en la entrada, réplicas de dinosaurios reciben a los visitantes, mientras que una de sus principales líneas de vino lleva el nombre Saurus. En su interior, la Cava del Dinosaurio conserva una réplica de los fósiles en la roca original, permitiendo degustaciones inmersas en la historia geológica de la Patagonia.
MIRÁ TAMBIÉN | El lado oscuro de las imágenes generadas por IA
Además del atractivo paleontológico, la bodega destaca por su Pinot Noir, la cepa estrella de la región, favorecida por el clima seco, el viento constante y la amplitud térmica. El 20% de sus 180 hectáreas están destinadas a este varietal, que también se utiliza para espumantes y rosados. También cultivan Merlot, Malbec, Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc y otras variedades.
Con un moderno sistema gravitacional de vinificación y una cava natural construida dentro de la barda patagónica, Familia Schroeder ofrece una experiencia única que conjuga ciencia, historia y sabores. Así, los visitantes descubren que en la Patagonia los vinos y los dinosaurios forman un maridaje inesperado, pero profundamente cautivador.
Fuente y foto: TN