La crisis energética en Ecuador, agravada por la falta de mantenimiento en las centrales termoeléctricas y el estiaje que afecta la capacidad hidroeléctrica del país, ha llevado al gobierno a adoptar esta medida. El «Pico y Placa eléctrico» permite que las jornadas laborales sean modificadas de manera voluntaria entre empleadores y empleados, respetando el límite de 40 horas semanales. Los trabajadores podrán optar por jornadas de 10 horas diarias de lunes a jueves, o de jueves a domingo, para ajustarse a los cortes de energía.
El estiaje, que ha reducido los niveles de agua en las represas del país, junto con la alta dependencia de la generación hidroeléctrica, ha dejado a Ecuador en una situación crítica. Para mitigar la falta de energía, el gobierno ha contratado una barcaza de generación eléctrica que, según datos oficiales, produce un promedio de 87 MW/h, por debajo de los 100 MW/h proyectados.
La modificación de la jornada laboral es temporal y busca preservar el empleo y minimizar el impacto económico. El acuerdo estipula que los cambios no alteran de manera permanente los contratos laborales y que cualquier exceso en las horas de trabajo será remunerado conforme al Código del Trabajo. Los empleadores deberán registrar los cambios en el Sistema Único de Trabajo (SUT) dentro de los 30 días posteriores a la firma del acuerdo.
La medida finalizará automáticamente cuando se levante la emergencia energética o si ambas partes deciden restablecer las condiciones laborales previas.
Fuente: Infobae
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