Un estudio a largo plazo revela cómo la violencia armada motiva a jóvenes en EE.UU. a portar armas, marcando diferencias clave según la edad en la que comienzan.
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Un estudio de investigadores de las universidades de Cambridge, Pensilvania y Harvard ha vinculado directamente la exposición a la violencia armada con la decisión de portar armas, especialmente entre adolescentes en Estados Unidos. El análisis, que abarcó 25 años (1995-2021), siguió a un grupo de menores de Chicago para entender los factores detrás de esta práctica.
La investigación encontró que los adolescentes que presencian un tiroteo o son víctimas directas tienen una probabilidad significativamente mayor de comenzar a portar armas a una edad temprana. Según el estudio, la exposición a este tipo de violencia actúa como un catalizador, mientras que en los adultos la principal motivación es la percepción de amenazas a la seguridad.
La edad es un factor determinante en el comportamiento a largo plazo. Solo el 37 % de quienes comenzaron a portar armas como adolescentes seguían haciéndolo en 2021, comparado con el 85 % de quienes adquirieron armas en la adultez. Además, aquellos que comienzan a portar armas antes de los 21 años tienden a usarlas más temprano, según los datos.
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Otros factores también influyen en la posesión de armas, como el género y la etnicidad. Los hombres (48 %) tienen armas en mayor proporción que las mujeres (16 %), y la posesión es más común entre afroamericanos que entre hispanos o blancos. Sin embargo, los investigadores advierten que los recientes cambios sociales, como la pandemia de la covid-19 y el asesinato de George Floyd, han intensificado la compra de armas en todo el país.
Estados Unidos sigue siendo el país con mayor cantidad de armas per cápita en el mundo, con 120 armas de fuego por cada 100 habitantes, según datos de Small Arms Survey. Este panorama plantea serias preocupaciones sobre los efectos sociales y psicológicos de la exposición a la violencia armada en generaciones futuras.
Fuente: EFE
Foto: Archivo