Con variedades inscriptas y tecnología de punta, el INTA impulsa al arroz argentino hacia nuevos mercados, logrando un impacto económico significativo.
El arroz argentino se destaca en el ámbito internacional por su calidad tanto industrial como culinaria. Gracias a un esfuerzo continuo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el país ha registrado diez variedades de arroz que llegan a mercados de Latinoamérica, Europa y Asia. En los últimos 15 años, un equipo de investigación del INTA Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, ha mejorado los rendimientos y la calidad del cereal, generando un impacto económico que alcanza los 1.926 millones de dólares.
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El arroz es el tercer cereal más sembrado y el más consumido a nivel humano en el mundo, siendo una de las especies vegetales más estudiadas. Su genoma, pequeño y simple, facilitó que el INTA desarrollara nuevas variedades y tecnologías en el último trimestre de siglo. En respuesta a la predominancia de genética extranjera, el programa de mejoramiento genético del INTA se propuso la creación de variedades nacionales con alto rendimiento y resistencia, lo que ha permitido al arroz argentino competir en mercados de alto valor.
Desde 2004, el INTA ha registrado seis variedades de arroz de grano largo fino, incluyendo Camba INTA PROARROZ y ANGIRU INTA CL. Además, se encuentran en proceso de inscripción nuevas variedades como INTAMati, diseñado para la cocina mediterránea, y KoshINTA, ideal para platos orientales como el sushi. Estas innovaciones no solo diversifican la oferta, sino que también apuntan a satisfacer demandas específicas del mercado global.
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La tecnología Clearfield, desarrollada por el INTA, se ha convertido en un estándar en América Latina para el control de malezas, especialmente del arroz rojo. Según un estudio de la Universidad de Arkansas, las variedades de arroz INTA han aportado una ganancia genética significativa, sumando 59 kilos por hectárea anualmente. Desde 2007, el impacto económico total de este programa asciende a 2.069 millones de dólares, destacando la importancia de la investigación y el desarrollo en el sector agropecuario.
Los desafíos del programa de mejoramiento continúan, enfocándose en la resistencia al patógeno Pyricularia oryzae, causante del quemado del arroz. Con nuevas tecnologías en desarrollo, como Provisia y SUR-15, el INTA busca ofrecer a los productores herramientas efectivas para enfrentar el control de malezas, asegurando así la sostenibilidad y el crecimiento del sistema arrocero argentino.
Fuente y foto: Argentina.gob.ar