Aunque fue considerado una amenaza para la Tierra, el asteroide 2024 YR4 ahora preocupa por su posible colisión con la Luna, lo que podría generar espectaculares lluvias de meteoritos y riesgos para satélites en órbita.
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La comunidad científica internacional sigue de cerca la trayectoria del asteroide 2024 YR4, un objeto espacial de 67 metros de diámetro que inicialmente fue considerado una potencial amenaza para la Tierra, pero que ahora presenta una mayor probabilidad de impacto con la Luna en el año 2032.
Detectado por primera vez en diciembre de 2024, 2024 YR4 generó alarma por sus movimientos impredecibles. En un principio, los cálculos indicaban más de un 3% de probabilidad de colisión con nuestro planeta, lo que habría tenido consecuencias devastadoras. Sin embargo, gracias a observaciones posteriores realizadas desde telescopios en Chile y Hawái, esa posibilidad se redujo al 0,004%, prácticamente descartando el peligro para la Tierra.
No obstante, el riesgo se trasladó a nuestro satélite natural. En mayo de 2023, el Telescopio Espacial James Webb aportó nuevos datos que elevaron la probabilidad de impacto con la Luna al 4,3%. Si bien el evento no tendría consecuencias catastróficas para la Tierra, sí podría generar un fenómeno impresionante: una lluvia de meteoritos visible desde nuestro planeta, así como la eyección de millones de toneladas de escombros hacia el espacio cercano.
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El investigador Paul Wiegert advirtió que un impacto de este tipo sería el mayor en la Luna en aproximadamente 5000 años, con un cráter estimado de un kilómetro de diámetro. Fragmentos expulsados podrían alcanzar la órbita terrestre y representar riesgos para satélites y estaciones espaciales, aunque la mayoría se desintegraría al entrar en la atmósfera.
Además de su potencial impacto visual y científico, 2024 YR4 representa una oportunidad clave para probar tecnologías de defensa planetaria. En 2022, la NASA ya ensayó una misión de desvío exitoso con la sonda DART, lo que sirvió de base para futuras intervenciones similares.
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Este asteroide proviene del cinturón entre Marte y Júpiter y su estudio ha sido fundamental para mejorar los modelos de predicción de trayectorias. Su paso cercano en 2028 ofrecerá nuevos datos que podrían ser cruciales para anticipar el desenlace en 2032.
Aunque no se espera un daño directo a la Tierra, el caso de 2024 YR4 ha reforzado la necesidad de monitoreo constante, preparación ante eventos cósmicos y cooperación internacional entre agencias como NASA, ESA y otras entidades científicas. En definitiva, la posible colisión de este asteroide con la Luna es un llamado de atención sobre la importancia de la vigilancia espacial para proteger nuestro planeta.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo
