Foto: Agenda Salta
Una ola de renuncias sacude al Gobierno argentino luego de la polémica por la pesca ilegal de merluza negra, donde el buque Tai An fue encontrado con una carga millonaria que incluía ejemplares juveniles, prohibidos por ley para preservar la especie.
El descubrimiento de ejemplares juveniles de merluza negra en la carga del buque Tai An desató una crisis en el Gobierno argentino, con una serie de renuncias vinculadas al escándalo de la pesca ilegal. La embarcación, propiedad de la empresa china Prodesur, llegó al puerto de Ushuaia con una carga de 163 toneladas de merluza negra, valorada en 5 millones de dólares, pero la presencia de ejemplares juveniles, cuya captura está prohibida, desencadenó la controversia.
La organización ambiental Sin Azul No Hay Verde denunció la situación como una depredación a la vida marina y un ataque al equilibrio del ecosistema marino. La falta de conciencia ambiental y la impunidad en la pesca ilegal fueron duramente criticadas, mientras que se exigieron sanciones para el buque Tai An por incumplimiento de leyes ambientales.
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Expertos ambientales advirtieron sobre los peligros de la pesca indiscriminada de merluza negra, una especie protegida a nivel global debido a su lento ciclo de reproducción y longevidad. La sobrepesca y sobreexplotación de la especie amenazan su supervivencia, y la captura de ejemplares juveniles agrava aún más la situación.
La renuncia de funcionarios del Gobierno argentino, incluyendo la del director nacional de Acuicultura, Guillermo Abdala Bertiche, evidencia la gravedad del escándalo y las presuntas presiones para proteger los intereses de la empresa china involucrada en la pesca ilegal. Las sospechas de protección gubernamental han generado indignación y preocupación en la sociedad argentina.
El caso del Tai An ha puesto en tela de juicio la eficacia de los controles y fiscalizaciones en la pesca marina, así como la integridad de las autoridades responsables de garantizar el cumplimiento de las leyes ambientales. La necesidad de medidas más estrictas y sanciones contundentes contra la pesca ilegal se vuelve imperativa para proteger la biodiversidad marina y preservar el ecosistema del Mar Argentino.
Fuente: Infobae