El trágico final de Gu Cheng, un destacado poeta chino cuyo nombre sonaba como candidato al Premio Nobel de Literatura, conmocionó al mundo literario.
El 8 de octubre de 1993, en Nueva Zelanda, Gu Cheng, exiliado chino, mató a hachazos a su esposa, Xie Ye, antes de suicidarse. Su obra había sido aclamada y traducida a varios idiomas, pero su vida terminó de manera abrupta y violenta.
Nacido en Pekín, Gu Cheng experimentó la reclusión durante la Revolución Cultural antes de convertirse en uno de los poetas más prominentes de China. Su estilo, parte de la llamada «poesía oscura», lo hizo famoso en su país y en el extranjero. A pesar de su juventud, Gu Cheng se destacó como uno de los principales representantes de los poetas modernistas chinos.
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Viajó extensamente por Europa y Estados Unidos, participando en intercambios culturales y educativos. Su imagen, marcada por el uso de sombreros hechos de tela de pantalón, se convirtió en un sello distintivo. A pesar de su falta de conocimiento de la poesía occidental moderna, su obra fue elogiada por su profundidad y originalidad.
La trágica muerte de Gu Cheng puso fin a una vida marcada por la poesía y la controversia. Su legado, sin embargo, perdura a través de sus escritos, que continúan siendo estudiados y admirados en todo el mundo.
Diario Hoy.