Las autoridades de Arkansas investigan las circunstancias que permitieron la fuga de Grant Hardin, apodado “El Diablo de los Ozarks”, quien escapó de la prisión estatal de Calico Rock el pasado domingo disfrazado de guardia.
El hombre, un exjefe de policía condenado por asesinato y violación, se encontraba alojado en una sección de máxima seguridad, pero tenía acceso a otra área de seguridad media donde trabajaba en la cocina.
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“Estamos viendo si su tarea en la cocina fue clave en su escape”, señaló Rand Champion, vocero del Departamento de Correcciones estatal. Esta asignación laboral levanta nuevas dudas sobre los protocolos de seguridad vigentes, especialmente considerando el historial criminal de Hardin.
Hardin fue jefe de policía en Gateway, una pequeña ciudad cercana a la frontera con Missouri. Su caso ganó notoriedad nacional y fue retratado en el documental “Diablo de los Ozarks”. Estaba cumpliendo una condena a cadena perpetua por el asesinato de James Appleton, crimen cometido en 2017.
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La búsqueda continúa intensamente en la región montañosa del norte-centro de Arkansas, donde las cuevas y campamentos ofrecen múltiples escondites naturales. El FBI ha ofrecido una recompensa de hasta 10.000 dólares por información que permita su captura.
Familiares de las víctimas, como Cheryl Tillman, hermana del hombre asesinado por Hardin, expresaron su preocupación por las condiciones de su encarcelamiento. “Le dieron libertad total”, denunció. “Saber que está suelto nos hace sentir en peligro a toda la familia”.
Fuente: AP.
Foto: Arkansas Department of Correction.