La aprobación del crédito de Facilidades Extendidas marcará un nuevo capítulo en la relación entre el Gobierno argentino y el Fondo. El respaldo de Estados Unidos fue clave para superar resistencias internas del organismo.
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Este viernes por la tarde en Washington, el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobará un crédito de Facilidades Extendidas por 20.000 millones de dólares en favor de la Argentina. La operación, impulsada por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, contempla un adelanto inicial de USD 8.000 millones, aunque la Casa Rosada buscaba elevar ese monto hasta los USD 15.000 millones.
El nuevo acuerdo prevé que Argentina utilice los fondos para fortalecer las reservas del Banco Central, recomprar letras intransferibles, avanzar en la apertura del cepo financiero y afrontar los vencimientos de deuda con el propio Fondo que comienzan a operar a mediados de 2026.
La negociación fue intensa y compleja. Mientras el staff técnico del FMI y países como Alemania, Suiza, Japón y Países Bajos manifestaban reservas, la gestión de Milei encontró un fuerte respaldo en la administración de Donald Trump. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, jugó un rol decisivo al abrir su agenda un domingo para recibir a Caputo y su equipo económico. Bessent, quien visitará Buenos Aires este lunes 14 de abril, se convirtió en una figura central del respaldo internacional al programa argentino.
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En el seno del Fondo, Kristalina Georgieva mostró una clara alineación con el presidente argentino. Desde su primer encuentro en Davos, Milei le prometió que el ajuste fiscal superaría lo comprometido, promesa que ha sido cumplida según su entorno.
A pesar del respaldo político, el crédito llega en un contexto de dudas. No hay precedentes de que el FMI adelante el 70% del total del monto aprobado, como solicitaba Caputo. Tampoco se conocen públicamente las metas estructurales exigidas por el organismo. Si bien el Gobierno parece en condiciones de cumplir con las metas fiscales y monetarias, persisten interrogantes sobre la estabilidad del dólar, la acumulación de reservas, la apertura del cepo y la viabilidad de reformas estructurales que requieren aval legislativo.
Con esta aprobación, el FMI apuesta una vez más a la Argentina, un país que históricamente ha incumplido los acuerdos con el organismo. La noche en la Casa Rosada marcará el inicio de una nueva etapa en la relación con el Fondo, pero también de una exigente hoja de ruta que dependerá de la gestión económica y política del Gobierno nacional.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo