Osvaldo Golijov, un talentoso músico oriundo de La Plata y radicado en Estados Unidos, alcanzó reconocimiento internacional. Conocido por su innovadora ópera Ainadamar, tiene una trayectoria destacada que inició en sus años de formación con Gerardo Gandini en la Universidad de La Plata y en el Conservatorio Juilliard en Nueva York.
Golijov nació en La Plata el 5 de diciembre de 1960, hijo de inmigrantes judíos. Su madre era profesora de piano y su padre, médico. La música siempre fue una presencia constante en su hogar. A los 23 años, Golijov se mudó a Israel para estudiar en la Academia Rubin de Jerusalén. Tres años después, se trasladó a Estados Unidos, donde trabajó como compositor y docente en varias universidades, incluyendo la Universidad de Boston.
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En 2002, EMI Odeón lanzó Yiddishbuk, un disco nominado al Grammy, celebrando diez años de colaboración con el cuarteto de cuerdas de St. Lawrence y el clarinetista Todd Palmer. En 2006, el Lincoln Center presentó el festival The Passion of Osvaldo Golijov, dedicado enteramente a su obra. La ópera Ainadamar, con libreto de David Henry Hwang, le valió la portada de la revista Gramophone y lo ubicó entre los grandes autores contemporáneos.
Golijov ha trabajado con Gustavo Santaolalla en proyectos como Café Tacuba y Kronos Quartet, y ha producido la pieza Ayre para Deutsche Grammophon. En 2007, Francis Ford Coppola estrenó Juventud sin juventud con música de Golijov, colaboración que continuó con Tetro en 2009 y Twixt en 2011. Su trabajo más reciente con Coppola es la banda sonora de Megalópolis, que se presentará en el Festival de Cannes de este año
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El trabajo más reciente de Golijov es The Given Note, una obra para violín y orquesta inspirada en un poema de Seamus Heaney. La pieza trata sobre un violinista solitario en las islas Blasket de la costa de Irlanda occidental.
Golijov cree que su lugar de nacimiento y su herencia judía lo definen profundamente. «La infancia es el país de uno. Esas imágenes adquiridas cuando todo era grande y maravilloso, o aterrorizante, son imborrables. No sería el mismo creador si no hubiera nacido en La Plata y no hubiera pasado mi infancia y juventud en Argentina», afirma Golijov.
FUENTE: Diario Hoy.