El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció este martes el cierre de todas sus panaderías en Gaza, afectando a 800.000 personas, debido a la escasez de harina y gas, tras más de un mes de bloqueo israelí que ha impedido la entrada de ayuda humanitaria y alimentos.
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El Programa Mundial de Alimentos (PMA) confirmó este martes el cierre de sus 25 panaderías en la Franja de Gaza debido a la falta de harina y gas para cocinar, lo que deja a más de 800.000 personas sin acceso al pan diario. La situación se agrava aún más debido al prolongado bloqueo israelí que ya lleva más de un mes, impidiendo la entrada de alimentos, medicamentos, combustible y demás ayuda humanitaria al enclave palestino.
El PMA había advertido el pasado 27 de marzo que solo les quedaba harina suficiente para producir pan durante cinco días, lo que desencadenó el cierre progresivo de sus panaderías. Inicialmente, seis panaderías ya habían cerrado, y este martes lo hicieron las demás. Según un comunicado de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el PMA sigue priorizando la distribución de alimentos con las existencias restantes, pero la situación continúa siendo extremadamente crítica.
Este cierre se produce después de que las autoridades israelíes, el 2 de marzo, impusieran un veto al suministro de productos a Gaza, situación que ya había afectado gravemente las condiciones de vida en el enclave palestino durante los días de la guerra entre Israel y Gaza en octubre. Aunque los precios se habían estabilizado durante el alto el fuego, han comenzado a dispararse, y productos básicos como carne y arroz son ahora prácticamente imposibles de encontrar en los mercados de la región.
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Un residente de Gaza, bajo anonimato, expresó su desesperación ante la situación: «Si emigramos será por la hambruna y el bloqueo, ya que quienes tienen niños no tendrán más opción que hacer eso porque, sino, dirán: ‘Mis niños se morirán de hambre'». Este testimonio refleja el nivel de sufrimiento y la falta de opciones para la población civil ante la creciente escasez de recursos básicos.
Además de la falta de suministros, la violencia sigue siendo un factor crítico en la región. El regreso de los ataques israelíes y la falta de garantías de seguridad para los trabajadores humanitarios han aumentado los riesgos de llevar a cabo las operaciones de socorro. De hecho, el 2 de marzo, un ataque israelí en Rafah dejó 15 sanitarios y rescatistas muertos, a pesar de que se desplazaban en vehículos identificados como de emergencia. Según cifras de OCHA, 408 trabajadores humanitarios han sido asesinados en Gaza desde octubre de 2023.
Fuente y foto: 20 Minutos