La erupción del Etna, el mayor volcán activo de la placa europea situado en la isla italiana de Sicilia, se ha intensificado en las últimas horas, generando una nube de cenizas que ha obligado a desviar algunos vuelos con destino a Catania para aterrizar en el aeropuerto de Palermo.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) sigue de cerca la erupción, que ha mostrado altibajos en los últimos días. Esta madrugada, el INGV confirmó «un gradual aumento de la actividad estromboliana en el cráter Vorágine», que ha sido la cumbre más alta del Etna tras las recientes erupciones.
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La magnitud media del temblor volcánico ha alcanzado su nivel más alto con una tendencia creciente. El centro de la fuente del temblor volcánico se encuentra al este del cráter Vorágine, a una altitud de unos 2.800 metros sobre el nivel del mar.
Además, el INGV ha destacado que «la actividad infrasónica es alta y las fuentes de los eventos están localizadas en el cráter Vorágine», cuyo borde oriental ha alcanzado una altitud de 3.369 metros debido al material de lava acumulado por las últimas erupciones.
Vorágine, que había permanecido en silencio en los últimos tres años, superó al cráter del Sureste en altura, alcanzando los 3.247 metros.
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A pesar de la nube de cenizas, el aeropuerto de Catania sigue operativo, aunque varios vuelos fueron desviados hacia el aeropuerto de Palermo. El aviso de color rojo emitido anoche por el INGV se redujo a naranja en las últimas horas.
Muy cerca del Etna, el volcán Estrómboli también ha estado activo durante varios días en una pequeña isla en el mar Tirreno. La población local ha extremado la precaución debido a las frecuentes explosiones de ese cráter.
FUENTE: DW.
FOTO: REUTERS.