Los hechos comenzaron cuando la niña tenía apenas 11 años y se prolongaron durante varios años. El agresor la obligaba a mantener el secreto amenazándola con hacerle daño a su madre ya su hermana en caso de que hablara. No fue hasta que la niña cumplió 13 años cuando se animó a contarle a su madre lo que estaba pasando y sufriendo.
El abuso sexual infantil es un abuso de poder en el que un adulto se aprovecha de la vulnerabilidad de un niño para involucrarlo en actividades sexuales que no comprende. La víctima suele pasar por varias fases, incluyendo una de preparación, otra de interacción sexual y finalmente una de desarrollo, en la que se anima a contar lo que está sucediendo.
Cuando un niño cuenta que está teniendo abuso, es fundamental protegerlo de inmediato. Esto incluye brindarle atención y contención psicológica, así como dar intervención a la justicia para que se investigue el caso. Es importante evitar interrogar al niño y solo obtener la información mínima necesaria para determinar los hechos.
En este caso, la justicia ha condenado al agresor a una pena de 16 años de prisión efectiva. La víctima, por su parte, ha recibido asistencia y protección para ayudarla a superar el trauma sufrido.
Fuente: Ministerio Público Fiscal Chubut