La investigación sobre el asesinato de Alejandro Ernesto Olenik de 36 años, que ocurrió en el edificio de AJURPE de la calle O´Higgins Nº 1021 el 18 de septiembre, ha develado una trama macabra. Olenik, sin aparente relación con la víctima del caso Copponi, confesó su culpa antes de fallecer.
El hallazgo de Olenik en una habitación con una carta de confesión dejó más preguntas que respuestas. La ausencia de signos de violencia física y la presencia de una droga tópica mortal en su sistema plantearon un misterio.
La investigación reveló que Olenik no estuvo solo en su habitación; una mujer lo acompañó. Esta mujer resultó ser la madre del imputado por el homicidio de Federico Enrique Copponi. Los vínculos laborales y personales entre Olenik y la mujer se remontaban a tiempo atrás.
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Un allanamiento en la vivienda de la mujer condujo al descubrimiento de frascos con contenido similar al de la droga hallada en Olenik. El análisis de laboratorio confirmó la presencia de la sustancia en ambos lugares.
La carta de confesión, cuya autoría se puso en duda debido a diferencias en la escritura, hacía referencia a datos de la investigación del caso Copponi. La imputada, detenida con orden judicial, enfrenta seis meses de prisión preventiva.
El contexto y la aparente autoincriminación arrojaron sospechas sobre un engaño elaborado para desviar la atención del caso Copponi. Las autoridades judiciales han confirmado la prisión preventiva de la imputada.