El grupo terrorista reivindica el asesinato de 13 cristianos en Ituri, mientras Europa refuerza operaciones de seguridad ante posibles ataques.
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El Estado Islámico (ISIS) continúa sembrando el terror en África, con un reciente ataque en la región de Ituri, en la República Democrática del Congo. A través de un comunicado, el grupo yihadista, a través de su Wilayah en África Central, se atribuyó el asesinato de 13 cristianos, decapitados cerca del pueblo de Otomabir. En el mensaje, los terroristas glorificaron el acto como una «hazaña», reafirmando su objetivo de islamización forzada en las áreas donde tienen operatividad.
Este tipo de actos, además de consolidar su presencia en África, busca inspirar a «lobos solitarios» en países occidentales mediante un fenómeno de imitación. Europa ya ha enfrentado episodios de violencia vinculados al yihadismo, como el asesinato del sacristán en Algeciras, España, a manos de un seguidor radicalizado.
Las fuerzas de seguridad en España, como la CGI de la Policía Nacional y la UCE2 de la Guardia Civil, han intensificado su vigilancia en el ciberespacio, logrando desarticular redes de radicalización antes de que estas concreten ataques. Según expertos, cada detención representa un atentado frustrado, gracias a un trabajo preventivo que incluye el monitoreo de actividades sospechosas en internet.
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Durante la pasada Navidad, Europa experimentó incidentes relacionados con el extremismo, desde ataques con armas blancas hasta atropellamientos, mientras que España logró mantener la seguridad gracias a sus operativos. Este esfuerzo, sin embargo, suele pasar desapercibido para la opinión pública, que solo reacciona tras atentados consumados.
En palabras de especialistas en seguridad, valorar y respaldar el trabajo preventivo de las autoridades es esencial para mantener a raya el terrorismo. Mientras tanto, la amenaza sigue latente, especialmente en un contexto donde el Estado Islámico busca resurgir y extender su influencia más allá de África.
Fuente y foto: La Razón