Durante milenios, los neandertales y los Homo sapiens cohabitaron Europa, en una compleja relación marcada por el mestizaje y la competencia que desafía las narrativas tradicionales sobre su extinción.
MIRÁ TAMBIÉN | No te pierdas el streaming gratuito del show de The Cure: Cómo verlo
El relato de cómo surgió la humanidad ha sido, durante mucho tiempo, simplificado. Se pensaba que los neandertales se retiraron ante la llegada de los Homo sapiens a Europa hace entre 40 000 y 45 000 años, formando parte de una única población genéticamente homogénea dispersa por el continente. Sin embargo, investigaciones recientes han cambiado esta percepción.
Durante el Paleolítico superior, el contacto entre neandertales y sapiens fue más frecuente de lo que se creía, y no se limitó a la competencia por recursos. A pesar de la escasa densidad de población en Eurasia, se han encontrado evidencias de interacciones y mestizaje. El análisis de ADN neandertal en restos humanos, como los de El Sidrón en Asturias y Vindija en Croacia, confirma que los sapiens llevaban en su genética entre un 1% y un 4% de ADN neandertal, lo que evidencia que estos encuentros no solo fueron posibles, sino que dejaron una huella en nuestra herencia genética.
MIRÁ TAMBIÉN | Ponzio y Barovero volverán al fútbol en la Copa Potrero
En 2018, se descubrieron los restos de una niña que era hija de una neandertal y un denisovano, lo que demostró que el mestizaje entre especies fue un proceso viable. Adicionalmente, hallazgos en Bacho Kiro, Bulgaria, y Zlatý kůň, Chequia, respaldan la idea de que estos contactos eran más comunes de lo que se pensaba. Estos encuentros se limitaron a contextos geográficos y cronológicos específicos, como en los montes Altai de Siberia hace unos 100 000 años, o en el Próximo Oriente hace 60 000 años.
La cultura desempeñó un papel crucial en la diferenciación entre neandertales y sapiens. Aunque ambos grupos compartían tecnologías similares, los sapiens mostraron una mayor capacidad para innovar y adaptarse. Mientras que la industria neandertal, conocida como Musteriense, se mantuvo prácticamente sin cambios durante milenios, los sapiens desarrollaron herramientas más complejas y variaron sus métodos de producción.
Este inmovilismo cultural de los neandertales, combinado con su limitada movilidad territorial, pudo haber contribuido a su eventual extinción. Aunque los neandertales eran hábiles en la adaptación a entornos cambiantes, la flexibilidad y la capacidad de migración de los sapiens les otorgaron una ventaja decisiva.
MIRÁ TAMBIÉN | Rusia multa a Google por restringir medios estatales en YouTube
La interacción entre neandertales y sapiens no se puede reducir a una simple guerra. La competencia, el mestizaje y la asimilación cultural formaron parte de un proceso mucho más complejo. La desaparición de los neandertales no fue solo el resultado de la superioridad de los sapiens, sino también de factores climáticos, epidemiológicos y sociales que jugaron un papel importante en su destino.
Los neandertales han dejado una marca en nuestra historia evolutiva que va más allá de su extinción. A través de la hibridación y la asimilación cultural, contribuyeron a la diversidad genética de los sapiens modernos. La relación entre estas dos especies, aunque a menudo retratada como conflictiva, también estuvo marcada por interacciones más sutiles y significativas que continúan desafiando nuestra comprensión de la historia humana.
Fuente y foto: Billiken