El 11 de junio es una fecha clave en la historia argentina: en 1580, Juan de Garay concretó la segunda y definitiva fundación de Buenos Aires, 44 años después del primer intento de Pedro de Mendoza. La ciudad nació junto al Río de la Plata, en el área que hoy ocupa la Plaza de Mayo, bajo el nombre formal de “Ciudad de Trinidad”.
El acta fundacional de Garay da cuenta de una Buenos Aires con doble denominación: el puerto se llamó “Santa María de los Buenos Aires”, en referencia a la Virgen protectora de los navegantes, mientras que el asentamiento urbano fue dedicado a la Santísima Trinidad, ya que el desembarco se produjo un domingo conmemorativo de esa festividad católica.
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Garay, quien ya había fundado la ciudad de Santa Fe en 1573, llegó desde Asunción con la intención de afirmar el dominio español en el litoral. A diferencia del intento anterior de Mendoza, que fracasó por hambre y ataques indígenas, esta segunda fundación prosperó gracias a una planificación más estratégica y a la consolidación de vínculos con otras regiones.
Este acto no solo selló el destino de la ciudad que sería capital del Virreinato del Río de la Plata y luego de la República Argentina, sino que también inspiró expresiones artísticas. El escritor Jorge Luis Borges recreó el momento en su poema “Fundación mítica de Buenos Aires”, donde imagina el origen de la ciudad en la manzana de su casa de infancia, en el barrio de Palermo.
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A lo largo de los siglos, Buenos Aires creció hasta convertirse en una de las principales urbes de América Latina. Sin embargo, su acto de nacimiento definitivo permanece anclado en aquel 11 de junio de 1580, cuando la historia, la religión y la literatura comenzaron a trazar su identidad.
Fuente: Página 12.