La situación en el sur de Brasil, afectado por graves inundaciones, podría empeorar con la llegada de nuevos temporales, según alertan fuentes oficiales. Aumentan las preocupaciones por la escalada del número de víctimas y los desafíos humanitarios.
Las autoridades brasileñas advierten sobre el riesgo de que la situación en el sur de Brasil, azotado por devastadoras inundaciones, empeore con la llegada de nuevos temporales. Según el Instituto Nacional de Meteorología (INMET), se esperan fuertes lluvias y tormentas en el área más austral del estado de Rio Grande do Sul, con precipitaciones que podrían superar los 100 milímetros este martes y alcanzar los 150 milímetros el miércoles debido a la llegada de un frente frío.
El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, ha señalado la preocupación por la situación y ha anunciado acciones coordinadas para enfrentar los nuevos desafíos climáticos. Hasta el momento, las inundaciones han dejado un saldo de al menos 91 muertos, 131 desaparecidos y 362 heridos, afectando a más de 1,4 millones de habitantes de 397 municipios.
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Las tareas de rescate y ayuda humanitaria continúan en la región, con helicópteros distribuyendo agua y comida a las comunidades más afectadas. Sin embargo, la demanda más urgente sigue siendo el suministro de agua potable, con largas filas de personas buscando acceso a este recurso vital. La solidaridad entre vecinos y la cooperación de las autoridades locales son fundamentales para enfrentar la crisis.
El presidente de Brasil, Lula, ha anunciado la liberación de más fondos de emergencia para hacer frente a la situación, asegurando que «no faltarán recursos para satisfacer las necesidades de Rio Grande do Sul». Mientras tanto, se despliega un amplio operativo de rescate con la participación de soldados, bomberos, policías y voluntarios, así como equipos de rescate enviados por países vecinos como Uruguay y Argentina.
Fuente: Infobae
