Científicos descubren que las medusas peine pueden fusionarse tras una herida, compartiendo sistemas digestivo y nervioso, lo que podría inspirar avances médicos.
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El reino animal ha revelado nuevamente un fenómeno sorprendente: las medusas peine, o ctenóforos, tienen la capacidad de fusionarse cuando están heridas, compartiendo funciones vitales en el proceso. Este hallazgo, documentado en la revista Current Biology, fue descubierto por el investigador Kei Jokura y su equipo en el Instituto Nacional de Biología Básica de Japón, mientras trabajaban en un estanque de laboratorio. Durante el experimento, observaron cómo estos organismos marinos, al colocarse en proximidad después de sufrir heridas, se unían rápidamente, sincronizando sus contracciones musculares y creando un ser con sistemas combinados. La sorprendente fusión de las medusas peine plantea nuevas preguntas sobre la flexibilidad evolutiva y podría inspirar innovaciones en medicina.
Este fenómeno de unión entre ctenóforos, originarios del Atlántico, se observó en la especie Mnemiopsis leidyi, de hasta 10 cm de largo, en la que los científicos registraron que un 90% de las parejas de medusas peine se fusionaban en apenas dos horas. Estas criaturas mostraban sistemas digestivos y nerviosos compartidos, una adaptación poco común en el reino animal. “Es fascinante, pues estas criaturas nadan libremente y no se espera que se fusionen en la naturaleza”, comentó Casey Dunn, profesor de biología en Yale.
El equipo de Jokura alimentó a las medusas fusionadas con camarones fluorescentes para seguir el flujo de nutrientes en sus sistemas combinados, confirmando así la plena integración de sus órganos digestivos y la funcionalidad de su fusión. La incapacidad de los ctenóforos para distinguir su propio tejido de otros parece ser la clave que permite esta fusión, contrastando con los humanos, cuyo sistema inmune rechaza tejidos extraños sin inmunosupresores.
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La capacidad de los ctenóforos para fusionarse sin rechazo plantea posibles aplicaciones en medicina regenerativa, sugieren los científicos. “Aunque estamos en las primeras etapas de estudio, esta característica podría tener aplicaciones en la ingeniería de tejidos y en terapias innovadoras para la recuperación de heridas”, señaló Maike Kittelmann, científico de Oxford Brookes, quien subraya la importancia de profundizar en la investigación.
Este hallazgo no solo amplía nuestro conocimiento sobre los ctenóforos, sino que también abre una vía hacia el desarrollo de terapias basadas en los principios de fusión y regeneración de tejidos, desafiando los límites actuales de la medicina regenerativa. Con estos descubrimientos, los científicos esperan aplicar estos mecanismos naturales en tratamientos terapéuticos que algún día podrían revolucionar la forma en que tratamos las heridas humanas.
Fuente: Infobae
Foto: fuenlabradanoticias