El Tribunal Especial para Líbano (TEL) encontró hoy culpable a un miembro del movimiento chiita Hezbollah y absolvió a otros tres en el juicio por el asesinato del exprimer ministro libanés Rafik Hariri, la figura sunnita más importante de la nación tras la guerra civil, ocurrido en 2005 en un atentado con coche bomba en Beirut.
Durante la lectura del fallo del juicio «in absentia» de los acusados, el tribunal establecido por Naciones Unidas (ONU) en la ciudad neerlandesa de La Haya indicó además que no existen pruebas de que Siria o la cúpula de Hezbollah estuvieran implicados en el homicidio.
El único condenado, Salim Ayyash, fue declarado culpable de «conspiración para cometer un acto terrorista» y otros cuatro cargos relacionados con su participación en el atentado del 14 de febrero de 2005 en el que además de Hariri, murieron otras 21 personas y 226 resultaron heridas, precisó la cadena británica BBC.
Otros tres miembros del partido chiita fueron absueltos de todos los cargos en el proceso judicial que empezó en 2011 y que tuvo cerca de 300 testigos y 415 audiencias.
El tribunal además desvinculó del ataque a la cúpula de Hezbollah y a Siria, un pronunciamiento que no se esperaba ya que solamente puede acusar a individuos y no a grupos o Estados, consignó el diario francés Le Monde.
«Puede ser que Siria y Hezbollah tuvieran motivos para eliminar al señor Hariri y a algunos de sus aliados políticos. Sin embargo, no hay pruebas de que la cúpula de Hezbollah tuviera ninguna implicancia en el asesinato del señor Hariri y no hay pruebas directas de la implicancia siria en el mismo», indicó el presidente del tribunal, David Re, según recogió la agencia de noticias Bloomberg.
El hijo de Hariri, Saad, también ex primer ministro libanés, dijo fuera del tribunal que la familia «acepta» los veredictos.
«Ya se terminó la época en que los asesinatos políticos en el Líbano quedaban impunes», resaltó, citado por el diario The Washington Post.
Por su parte, el actual presidente del país, Michel Aoun, consideró que el fallo hizo justicia y realizó un llamamiento a la unidad nacional en previsión de posibles protestas.
El mandatario estimó que el veredicto es «una oportunidad» para recordar las posiciones de Hariri, rememorando «sus constantes llamamientos a la unidad y a la solidaridad», y así «aunar esfuerzos para proteger al país de cualquier intento dirigido a avivar la sedición», de acuerdo a un comunicado que emitió su oficina y que reprodujo la agencia de noticias Europa Press.
Hariri, primer ministro entre 1992 y 1998 y entre 2000 y 2004, murió el 14 de febrero de 2005 por la explosión de un coche bomba en Beirut.
El dirigente se había convertido en el rostro de la reconstrucción de Líbano tras 15 años de guerra civil, erigiéndose como la figura sunnita más importante de la nación, en contraposición a Hezbollah, la formación chiita vinculada a Siria e Irán.
«El atentado tuvo la intención de resonar en el Líbano y en la región. Los efectos previstos no se limitaron solo a los partidarios de Hariri, fueron diseñados para desestabilizar al Líbano en general”, dijo el fallo leído hoy en La Haya.
Tras la muerte de Hariri comenzó una ola de asesinatos e intentos de homicidio contra otros políticos, periodistas y activistas, lo que reavivó el temor a un nuevo conflicto y que llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a crear el Tribunal Especial para Líbano.
El órgano judicial, formado por juristas libaneses e internacionales, acusó inicialmente a cinco hombres como supuestos autores: Salim Ayyash, Hussein Oneissi, Assad Hassan Sabra, Hassan Habib Merhi y Mustapha Badreddine.
Este último, señalado como el «cerebro» del atentado contra Hariri, era un comandante de Hezbollah que murió en mayo de 2016 en Siria, por lo que el tribunal retiró los cargos en su contra, precisó la agencia de noticias DPA.
El veredicto se retrasó casi dos semanas por la explosión en el puerto de Beirut ocurrida el 4 de agosto pasado que mató a al menos 200 personas, provocó más de 6.000 heridos y dejó inhabilitados más de un cuarto de millones de hogares.
La detonación, según las primeras investigaciones por nitrato de amonio almacenado sin precauciones en el puerto, generó una crisis humanitaria en un país con una situación ya delicada por la que se considera es la peor crisis económica desde la guerra civil que se extendió entre 1975 y 1990.