Según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) de la CAME, en abril los precios de los agroalimentos experimentaron un aumento considerable, multiplicando su valor 3,5 veces desde la producción hasta el consumidor final. Este fenómeno refleja la compleja situación económica que atraviesa el sector agroalimentario en Argentina.
Los datos del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) revelan que en abril los precios de los agroalimentos se multiplicaron por 3,5 veces desde el campo hasta la góndola, evidenciando una marcada disparidad entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor.
Esto implica que por cada $1 que recibe el productor, el consumidor final abona $3,5.
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El informe destaca que la participación del productor en los precios finales promedio fue del 31,4%, mostrando una clara inequidad en la distribución del valor agregado a lo largo de la cadena productiva.
Este desequilibrio se refleja en la brecha entre los precios de origen y destino, que alcanzó su máximo en productos como el limón, la mandarina y la naranja.
El sector frutihortícola y ganadero se vio especialmente afectado, con una multiplicación de precios por 4,3 y 3,2 veces respectivamente. Además, la caída del 23,8% en las ventas minoristas de alimentos y bebidas durante los primeros cuatro meses del año evidencia una disminución del poder adquisitivo de la población y la falta de convalidación de precios por parte del consumidor.