La zafra del langostino no comenzó en tiempo y forma y peligra la actividad pesquera en Argentina. Empresarios del sector alertaron que, de no resolverse el conflicto fiscal y de costos, el país dejará de exportar más de USD 600 millones en 2025.
Raúl “Tato” Cereseto, presidente de la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera (FULASP), aseguró que “mover un barco es perder plata”. Denunció que la presión impositiva, el aumento del derecho de extracción y el tipo de cambio hacen inviable la actividad.
El referente señaló que pescar un kilo de langostino cuesta más que lo que paga el mercado internacional, y apuntó a la caída de precios globales por la irrupción del Banamex, un camarón de criadero que desplazó al langostino salvaje argentino.
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Cereseto destacó la gestión del Gobierno de Chubut, que solicitó la apertura de la prospección, aunque lamentó la falta de respuesta del Gobierno nacional. “Los empresarios no se anotaron en la prospección, porque es trabajar a pérdida”, explicó.
Advirtió que la falta de actividad no solo impactará en las exportaciones, sino también en las economías regionales: “Sin movimiento en los puertos, se detiene toda la cadena: proveedores, estaciones de servicio, almacenes y estibadores”.
La pesca representa USD 2.000 millones anuales en exportaciones, de los cuales el 60% corresponde al langostino. Sin medidas urgentes, Argentina podría perder una de sus principales fuentes de ingreso de divisas y miles de puestos de trabajo.
Con información de Globas Ports y La Opinión Austral.