Científicos de Lausana desarrollaron robots acuáticos biodegradables que monitorean la calidad del agua y luego pueden ser ingeridos por peces, eliminando residuos tecnológicos.
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Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, presentó una innovación que promete transformar la forma en que se cuidan los ecosistemas acuáticos: minirobots comestibles y biodegradables que monitorean la calidad del agua sin generar contaminación.
Estos pequeños dispositivos, con forma de bote, están diseñados para navegar sobre la superficie del agua utilizando el efecto Marangoni, un fenómeno físico que permite a algunos insectos moverse sin hundirse. Gracias a este mecanismo, los robots pueden desplazarse de forma eficiente, silenciosa y sin motores, reduciendo el impacto ambiental en zonas naturales sensibles.
Cada minirobot está equipado con sensores capaces de detectar contaminantes y medir variables ambientales en tiempo real, como temperatura, pH y presencia de sustancias químicas. De este modo, aportan datos clave para la gestión sostenible de cuerpos de agua donde la intervención humana directa resulta difícil o costosa.
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La gran novedad es que, al concluir su tarea, estos robots pueden ser ingeridos por los peces sin causarles daño alguno, ya que están fabricados con materiales comestibles y totalmente biodegradables. Esta solución elimina el riesgo de dejar residuos electrónicos o plásticos, un problema creciente en la lucha por la preservación del medio ambiente.
Este desarrollo representa un paso importante en la integración de la robótica con principios de sostenibilidad, al tiempo que abre nuevas puertas para monitorear hábitats acuáticos de forma responsable. El proyecto sugiere un futuro en el que la tecnología no solo sea útil, sino también respetuosa con la naturaleza.
Fuente y foto: TN