La filtración de mensajes personales del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha encendido las alarmas en Moncloa.
El Ejecutivo considera que esta revelación podría constituir un delito grave, y asegura que si no se inicia una investigación judicial, tomará medidas legales por su cuenta. Así lo afirmó el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
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Bolaños fue tajante: el Gobierno quiere saber quién filtró los mensajes, con qué fin y qué otros contenidos privados podrían estar comprometidos. “Queremos conocer todo”, subrayó. Tanto él como la ministra portavoz, Pilar Alegría, insistieron en que la situación representa una violación directa de la intimidad de Sánchez y se mostraron confiados en que el Estado de derecho actuará sin necesidad de denuncia formal.
Alegría evitó responsabilizar a alguien en concreto, pero sí aprovechó para criticar al Partido Popular por lo que calificó como una “oposición de casquería”. Aseguró que los mensajes filtrados, entre ellos uno en el que Sánchez se refiere a Margarita Robles como “pájara”, están fuera de contexto y no afectan la dinámica interna del Gobierno, que, según dijo, mantiene su clima habitual.
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Desde el Ejecutivo sostienen que la investigación debería abrirse como una pieza separada del caso Koldo, y podría quedar en manos de la Audiencia Nacional o el Tribunal Supremo. A pesar de que no hay acusaciones directas contra figuras como el exministro José Luis Ábalos, se insiste en que no hay indicios que lo involucren y que no ha habido contacto con él tras la publicación de los chats.
Pedro Sánchez, según fuentes oficiales, está tranquilo porque los mensajes no contienen elementos delictivos. Sin embargo, expresó su preocupación por la exposición de sus comunicaciones personales. En un mensaje interno enviado a la cúpula del PSOE, denunció que sus derechos han sido vulnerados y dejó claro que no permitirá que este hecho quede impune.
Fuente: EFE.
