Los huevos son uno de los alimentos más consumidos en el mundo, y al recorrer las góndolas del supermercado, es común encontrar dos tipos: de cáscara blanca y de cáscara marrón. A pesar de la confusión que puede generar esta distinción, las diferencias entre ellos son más superficiales que sustanciales.
La principal diferencia radica en la raza de las gallinas que los producen. Las gallinas con plumas blancas y lóbulos de las orejas blancos suelen poner huevos de cáscara blanca, mientras que las gallinas con plumas y lóbulos rojizos ponen huevos de cáscara marrón.
Sin embargo, este color de cáscara no tiene impacto en el sabor, la calidad ni el valor nutricional del huevo. El interior de ambos tipos de huevo es prácticamente el mismo, por lo que las variaciones son solo externas.
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El color de la cáscara puede influir en las percepciones del consumidor, especialmente en cuanto al precio. En algunas regiones, los huevos de cáscara marrón suelen tener una preferencia más alta y, en ocasiones, se venden a un precio más elevado debido a la creencia de que son más naturales o de mejor calidad, aunque no hay pruebas que respalden esta idea.
En resumen, tanto los huevos de cáscara blanca como los de cáscara marrón ofrecen el mismo sabor y beneficios nutricionales. La elección entre uno u otro dependerá más de la preferencia personal o del precio en el mercado local.
Fuente: TyC.