Es una medida simbólica que busca expresar el dolor colectivo ante una pérdida de alto impacto social.
El Gobierno decretó siete días de duelo nacional tras la muerte del Papa Francisco. Esta medida, de carácter simbólico, refleja el luto oficial del Estado ante el fallecimiento de una figura de gran relevancia como Jorge Mario Bergoglio.
Durante este período, la bandera nacional ondea a media asta en todos los edificios públicos, se suspenden los actos oficiales de carácter festivo y se recomienda a la población mantener un tono de sobriedad en el espacio público.
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El duelo nacional no implica una paralización total de las actividades, pero sí contempla la suspensión de algunos eventos deportivos, espectáculos públicos y celebraciones masivas como muestra de respeto.
Los medios de comunicación también adoptan símbolos del luto, como el crespón negro o cintas oscuras en cabeceras de diarios, pantallas de televisión y sitios web institucionales.
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La duración del duelo varía según la magnitud del hecho, y en este caso, al tratarse de la muerte del primer Papa argentino, se dispuso un período extendido de siete días.
Se espera que la conmemoración incluya homenajes tanto en ámbitos civiles como religiosos, marcando una semana atravesada por el recogimiento y la memoria colectiva.