La activista que destapó una de las redes de tráfico sexual más notorias murió a los 41 años en Australia
Virginia Giuffre, quien se convirtió en una figura clave en el desenmascaramiento de la red de abusos sexuales de Jeffrey Epstein y luego denunció al príncipe Andrés de Inglaterra, falleció por suicidio a los 41 años en su granja de Neergabby, Australia, según confirmó su familia a la BBC este sábado.
«Con el corazón profundamente roto, anunciamos la muerte de Virginia en su granja en Australia Occidental», declaró su familia en un comunicado. El texto explica que «se suicidó tras haber sido víctima de abuso sexual y trata de personas durante toda su vida», añadiendo que «al final, el costo del abuso es tan alto que para Virginia se volvió insoportable».
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Giuffre, que tenía doble nacionalidad estadounidense y australiana, se convirtió en una destacada activista estrechamente vinculada al movimiento #MeToo tras hacer públicas sus acusaciones. En 2009, bajo el seudónimo de «Jane Doe 102», presentó una demanda civil contra Epstein y Ghislaine Maxwell, acusándolos de haberla reclutado y explotado sexualmente cuando era menor de edad. Posteriormente, también demandó al príncipe Andrés, caso que se resolvió en 2022 con un acuerdo económico.
Su testimonio y valentía fueron fundamentales para la condena de Maxwell a 20 años de prisión por su participación en el tráfico y abuso sexual. Dini von Mueffling, portavoz de Giuffre durante muchos años, la describió como «una de las personas más extraordinarias» y «un modelo de referencia para otras sobrevivientes y víctimas». Según su familia, fue «una guerrera incansable en la lucha contra el abuso sexual y la trata de personas» y «la luz que animó a tantos sobrevivientes».
Fuente: BBC.
Foto: Getty.