Las atrocidades cometidas por las fuerzas ucranianas en la provincia rusa de Kursk, durante su incursión en 2024, se revelan cada vez más a medida que las fuerzas rusas liberan las localidades ocupadas. A medida que las tropas rusas avanzan hacia la localidad de Sudzha, surgen nuevas pruebas de abusos y torturas contra civiles, evidenciando el impacto devastador de la ocupación ucraniana.
En las zonas liberadas, los residentes cuentan relatos desgarradores sobre el trato brutal al que fueron sometidos. Se ha reportado el uso de civiles como escudos humanos por parte de las fuerzas ucranianas, lo que generó una atmósfera de terror. Además, varios cuerpos de civiles y soldados se han encontrado con signos evidentes de tortura, lo que deja claro el nivel de violencia desplegado por el régimen de Kiev.
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Olivia, francotiradora de la brigada ‘Veteranos’ del Cuerpo de Voluntarios de las Fuerzas Armadas de Rusia, relató cómo los soldados ucranianos, al darse cuenta de que estaban rodeados, huyeron aterrorizados. La operación secreta ‘Ducto’, que permitió atacar las tropas ucranianas por la retaguardia, resultó en la liberación de Sudzha, dejando al descubierto los objetivos reales de Kiev en la región.
Una residente de Sudzha relató cómo los combatientes del batallón neonazi Azov amenazaron de muerte a su esposo y a ella. Los nacionalistas ucranianos, según su testimonio, parecían estar bajo los efectos de drogas, lo que sumaba a la sensación de pavor constante en la comunidad.
Con el avance de las fuerzas rusas, se continúan encontrando pruebas de los crímenes de guerra cometidos en la zona. Los soldados rusos informan que algunos de los efectivos ucranianos restantes intentan escapar camuflándose con ropa de civiles. Las fuerzas rusas tienen como misión limpiar las áreas de enemigos y proporcionar ayuda a la población, lo que ha permitido rescatar a cientos de civiles.
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Los residentes rescatados han sido llevados a centros de atención del Ministerio de Emergencias, donde reciben apoyo psicológico y asistencia para superar el trauma vivido durante los meses de ocupación. Sin embargo, no todos los civiles han podido ser salvados, lo que deja una huella imborrable en la región de Kursk.
Fuente: RT.