El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó el reclutamiento de 160.000 militares en la nueva campaña de servicio militar obligatorio que comienza el 1 de abril y se extenderá hasta el 15 de julio. Este número supera las cifras de alistamiento de años previos y se da en un contexto de conflicto prolongado con Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, la convocatoria está dirigida a ciudadanos de entre 18 y 30 años y «no tiene relación alguna» con la guerra en Ucrania. Esta aclaración busca calmar los temores de la población, luego de que en 2022 más de 300.000 personas fueran movilizadas para la ofensiva en el país vecino, lo que generó un éxodo de ciudadanos rusos en edad militar.
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En 2023, el Kremlin modificó la legislación y elevó el límite de edad para el servicio militar de 27 a 30 años. Esta reforma amplió la base de potenciales reclutas y fortalece la capacidad militar de Rusia, en un contexto donde persisten las hostilidades con Ucrania y crecen las tensiones con Occidente.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca la situación. Washington presionó a Kiev para aceptar una tregua propuesta por Donald Trump, aunque Putin rechazó un cese al fuego inmediato, proponiendo en su lugar una moratoria con alcance limitado. Esta negativa refuerza las sospechas de que Moscú busca consolidar su dominio territorial antes de cualquier negociación de paz.
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Rusia continúa reforzando su ejército mientras el conflicto con Ucrania sigue sin resolverse. La nueva campaña de reclutamiento, aunque presentada como rutinaria, evidencia la necesidad del Kremlin de mantener su capacidad militar en medio de un escenario geopolítico incierto.
Fuente: DW.
Foto: Erik Romanenko/TASS/dpa/picture alliance.