Durante el mes de agosto, los supermercados han reportado una notable desaceleración en el aumento de los precios de los alimentos, con una ausencia de nuevas listas de precios y, en algunos casos, reducciones mediante promociones y descuentos. Esta tendencia de estabilidad en los precios, que comenzó a ser evidente a partir de la segunda quincena de julio, sigue siendo un tema de análisis por parte de economistas y expertos.
A finales de julio, el ministro de Economía, Luis Caputo, había anunciado que la inflación en alimentos y bebidas se situaría en el 0% antes de fin de año. Aunque este pronóstico parecía optimista, las primeras semanas de agosto han mostrado datos que corroboran una desaceleración en el aumento de precios. Según las mediciones, el rubro Alimentos y Bebidas mostró un incremento del 3,2% en julio, con un aumento leve respecto al mes anterior, pero la situación ha cambiado en agosto.
MIRÁ TAMBIÉN: Cómo sigue el calendario de pagos de la Tarjeta Alimentar
Diversas consultoras, como Econviews y LCG, han reportado caídas en los precios durante las primeras semanas de agosto. Econviews indica una disminución promedio del 0,1% en la primera semana del mes, mientras que LCG reporta una caída similar en la segunda semana, impulsada principalmente por bajas en frutas y carnes. Fundación Innovación Con Inclusión (FICI) también observa una desaceleración con una suba acumulada de 1,4% en las dos primeras semanas, en comparación con 2,4% en julio.
Esta calma en los precios se debe en parte a la caída en la demanda, que ha llevado a los supermercados a ofrecer más descuentos y promociones para atraer clientes. La falta de nuevas listas de precios, especialmente en categorías como bebidas y productos de limpieza, también contribuye a esta tendencia. El ticket promedio de compras ha disminuido entre un 4% y un 5% en unidades.
MIRÁ TAMBIÉN: Quieren aumentar las regalías mineras en Salta
La competencia entre billeteras digitales como Modo y Mercado Pago, que ofrecen descuentos sin tope de reintegro, ha añadido una capa adicional de presión sobre los precios. Este fenómeno está reemplazando en parte los descuentos tradicionales de los bancos, movilizando a más clientes.
Además, el Gobierno espera que una posible reducción en la alícuota del impuesto PAIS a partir de septiembre se refleje en los precios de los alimentos importados y aquellos con componentes extranjeros.
A pesar de la estabilidad actual, los economistas advierten que esta situación sigue siendo vulnerable a posibles fluctuaciones en el tipo de cambio, lo que podría afectar nuevamente los precios en las góndolas.
Fuente: La Nación.