Taye Atskeselassie, exministro de Asuntos Exteriores, asume la presidencia en un contexto de desafíos políticos y sociales en el país.
El Parlamento de Etiopía eligió este lunes a Taye Atskeselassie, hasta ahora ministro de Asuntos Exteriores, como el nuevo presidente del país, en reemplazo de Sahle-Work Zewde, quien hizo historia en 2018 al convertirse en la primera mujer en liderar un Estado en África. La elección de Taye se realizó con una abrumadora mayoría: solo cinco abstenciones y ningún voto en contra, lo que sorprendió a muchos ciudadanos, dado que había ocupado el cargo de ministro por menos de un año.
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La elección de Taye coincide con la conclusión del mandato de seis años de Sahle-Work, quien asistió a la ceremonia de investidura para entregar oficialmente el poder. Aunque la presidencia en Etiopía no posee un poder ejecutivo real, su función es principalmente simbólica y ceremonial.
En su primer discurso como presidente, Taye expresó la disposición del Gobierno etíope para entablar diálogos de paz con cualquier grupo rebelde que esté dispuesto a participar, pero advirtió que «es muy poco probable que el Gobierno sea paciente con las fuerzas que buscan imponer sus necesidades políticas por la fuerza». Este mensaje refleja la complejidad del entorno político en el que asume su nuevo cargo.
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Taye, que cuenta con una sólida trayectoria diplomática, se desempeñó como embajador de Etiopía ante las Naciones Unidas y en diversas misiones diplomáticas a lo largo de más de una década. Su antecesora, Sahle-Work, también tiene un extenso historial en la diplomacia, siendo la segunda mujer en ocupar el cargo de embajadora de su país. A lo largo de su carrera, ha liderado las embajadas etíopes en Senegal, Yibuti y Francia, y ha ocupado altos cargos en la ONU, incluyendo el de representante especial del secretario general ante la Unión Africana.
A pesar de que Sahle-Work asumió la presidencia con el compromiso de priorizar la paz en Etiopía, su mandato estuvo marcado por el estallido de una violenta guerra en la región de Tigré entre 2020 y 2022, y la continuación de conflictos en las regiones de Oromía y Amhara. Algunas de sus peticiones para poner fin a la guerra en Tigré no fueron bien recibidas por el primer ministro etíope, Abiy Ahmed.
Fuente: La Prensa
Foto: ENA