El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó este sábado el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles, con el objetivo de contener las protestas generadas por redadas migratorias realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La medida ha provocado una fuerte reacción política y social en California.
“La administración Trump tiene una política de tolerancia cero con la violencia, especialmente cuando se dirige contra oficiales que cumplen con su deber”, declaró la secretaria de prensa Karoline Leavitt. Según el comunicado oficial, el despliegue busca frenar lo que la Casa Blanca califica como “anarquía”.
Las redadas ejecutadas el viernes en varios centros laborales provocaron enfrentamientos con manifestantes, especialmente en zonas con alta población latina como Paramount y Compton. En este último distrito, manifestantes incendiaron un vehículo, lo que incrementó la tensión en las calles.
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El gobernador de California, Gavin Newsom, advirtió que el envío de tropas “solo aumentará las tensiones”. Por su parte, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, reconoció el temor de los residentes, pero insistió en que la violencia “no será tolerada”.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) anunció que evalúa presentar una demanda contra el gobierno federal. “Este despliegue es una represalia contra California y una declaración de guerra contra nuestras comunidades inmigrantes”, afirmó Victor Leung, director legal de la ACLU del Sur de California.
Fuente: DW.
Imagen: Damian Dovarganes/AP/picture alliance.