Valeria del Mar en Pinamar es un rincón que se encuentra a orillas del Mar Argentino. Sus playas de 200 metros de ancho, rodeadas de bosques y médanos, invitan a explorar actividades de turismo aventura. Travesías todo terreno, cabalgatas, itinerarios en cuatriciclos y bicicleteadas se entrelazan con excursiones de pesca y una diversidad de deportes. Además, su centro comercial, con restaurantes exclusivos y un casino, añade un toque de sofisticación a la experiencia turística.
A solo tres horas y media en auto desde la Ciudad de Buenos Aires, Valeria del Mar se encuentra un bosque rodeado de pinos, cipreses, eucaliptos y robles, el paisaje se termina de completar con un jardín rodeado de jazmines, begonias y especies arbustivas, creando un ambiente único para el descanso.
Así también, en la localidad del distrito de Coronel Dorrego, alejada de las grandes urbes y enmarcada por paisajes ribereños, boscosos y marítimo dan forma a Marisol, un pago costero ubicado en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, un lugar en el que la serenidad, los médanos y la particularidad del agua donde el Río Quequén Salado se confunden con el Océano Atlántico,
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Allí viven 200 personas rodeadas de eucaliptos, álamos, pinos, médanos blancos y forestados, y sus playas de cincuenta kilómetros, crean una magnífica escenografía para el regocijo en familia.
La subsecretaría de Turismo bonaerense, Marisol destaca que es un escenario perfecto para los amantes de los deportes acuáticos como kitesurf, surf, stand up paddle y pesca deportiva en el Río Quequén y el Mar Argentino. A 22 kilómetros de la ciudad de Oriente y 570 de la Capital Federal, Marisol ofrece más que playas; su puente antiguo, los saltos naturales del Río Quequén Salado, las cascadas Mulpunleufú y Cifuentes, y la imponente Cueva del Tigre, se suman a los imperdibles de este destino.
Fuente: Télam