Argentina siempre fue tierra de vinos, pero el verdadero viaje a su diversidad comienza cuando exploras los extremos de este vasto país. Si bien en el pasado se premiaba la madurez extrema y las prácticas menos convencionales, hoy la vitivinicultura argentina se ha embarcado en una búsqueda de autenticidad y frescura. Los Valles Calchaquíes y la Patagonia, en particular, son lugares que desafían los límites de la vitivinicultura en Argentina, donde la altitud y la latitud influyen en el carácter de los vinos.
El Valle de Calchaquí, en la provincia de Tucumán, estuvo al borde de caer en el olvido vitivinícola hace décadas, pero ahora está en pleno resurgimiento. Bodegas como Altos La Ciénaga han demostrado que los viñedos de esta región pueden producir vinos con carácter y autenticidad. A 1,800 metros sobre el nivel del mar, sus viñedos brindan frutas frescas y una acidez única.
Chañar Punco, en Catamarca, es otro destino vitivinícola extremo en el norte de Argentina. Ubicado a 2,000 metros sobre el nivel del mar, este viñedo produce uvas de calidad excepcional, especialmente Malbec y Sauvignon Blanc. La radiación solar intensa y la marcada amplitud térmica a estas alturas dan como resultado vinos intensos y profundos.
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Por último, en la provincia de Salta, Bodega Colomé llevó a cabo un experimento audaz al establecer el viñedo Altura Máxima a 3,111 metros sobre el nivel del mar. Esta hazaña vitivinícola permite producir Malbec de gran intensidad y profundidad debido a las pieles más gruesas y las condiciones extremas. Estos vinos son auténticas joyas que hablan de lugar y perseverancia.
Si estás listo para un viaje inolvidable a través de los vinos extremos de Argentina, estos lugares son tu boleto de entrada. Descubre el carácter único y la frescura de los vinos de las alturas que desafían los límites de la vitivinicultura en Argentina.
Fuente: IProfesional