Pese a los avances registrados en las últimas décadas, el trabajo infantil continúa afectando a millones de menores en todo el mundo.
Un informe conjunto de UNICEF y la OIT reveló que, en 2024, unos 138 millones de niños de entre 5 y 17 años trabajaron, muchos en condiciones peligrosas. Las cifras, publicadas este miércoles, confirman que el objetivo global de erradicar esta práctica para 2025 no será alcanzado.
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Los organismos alertan que, si se mantiene el ritmo actual, eliminar el trabajo infantil llevará «cientos de años». En comparación con el año 2000, cuando había 246 millones de niños trabajando, el número se redujo casi a la mitad. Sin embargo, el ritmo de descenso es insuficiente. La directora de UNICEF, Catherine Russell, señaló que «demasiados niños siguen trabajando en minas, fábricas o campos», a menudo en empleos que comprometen su salud y desarrollo.
De hecho, el 40% de los menores que trabajaron el año pasado estuvieron expuestos a trabajos clasificados como peligrosos, según el documento. Entre ellos, tareas en hornos de ladrillos, cultivos intensivos y puestos callejeros, donde enfrentan largas jornadas y condiciones de riesgo. Aunque se celebran los avances recientes —20 millones de niños menos en actividad laboral desde 2020— la realidad sigue siendo crítica.
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En 2015, la comunidad internacional se comprometió a erradicar el trabajo infantil para 2025 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Con solo meses restantes, ese objetivo se ha vuelto inalcanzable. Para Gilbert F. Houngbo, director de la OIT, «los niños deben estar en la escuela, no trabajando». El informe hace un llamado urgente a redoblar esfuerzos globales, invertir en educación y protección social y reforzar las leyes laborales.
Fuente: DW.
Foto: Tinnakorn/Depositphotos/IMAGO