Los edredones naturales pueden provocar molestias respiratorias. Te contamos cómo reconocer los síntomas y qué hacer para prevenirlos.
En los meses fríos, muchas personas eligen acolchados de plumas por su capacidad de abrigo y liviandad. Sin embargo, esta opción puede causar reacciones alérgicas en quienes padecen rinitis, asma u otras condiciones respiratorias.
Aunque no siempre son las plumas en sí las que causan los síntomas, sí lo hacen los ácaros que se acumulan en el material. En otros casos, las proteínas presentes en el plumón de ganso o de pato pueden activar una respuesta inmunológica.
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Entre los síntomas más comunes se encuentran la congestión nasal, estornudos, picazón en ojos o garganta, tos persistente y silbidos al respirar. Estas molestias suelen intensificarse durante el invierno por la falta de ventilación en los ambientes.
El diagnóstico se realiza a través de pruebas cutáneas o análisis de sangre que detectan alergias específicas. Para evitar cuadros más severos, lo mejor es reemplazar los acolchados naturales por opciones sintéticas hipoalergénicas.
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Los especialistas también recomiendan usar fundas antiácaros, lavar la ropa de cama con agua caliente una vez por semana y mantener la humedad del hogar bajo control.
Si creés que podés tener alergia a las plumas, consultá con un profesional. Con los cuidados adecuados, es posible disfrutar del invierno sin molestias.
Con información de TN.
Foto ilustrativa: Grok.