Ramiro Cristofaro, un argentino de 33 años, se convirtió en uno de los pocos viajeros del planeta que logró recorrer los 196 países reconocidos por la ONU. Lo que comenzó como una idea lejana a sus 14 años, tras participar en un campamento internacional, terminó convirtiéndose en un proyecto de vida que lo llevó por tribus remotas de África, maratones en Corea del Norte y selvas en Sudamérica.
A través de distintas visas de trabajo, Ramiro financió su travesía global: fue mozo en EE.UU., recolector de frutas en Nueva Zelanda y chef en el desierto australiano. Luego organizó campañas turísticas por América Latina con apoyo de empresas, recorriendo el Caribe y enfrentando situaciones como quedar varado en Manaos. A lo largo del camino, vivió experiencias límite: fue deportado, le confiscaron el pasaporte, atravesó zonas de conflicto y convivió con tribus aisladas.
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Uno de sus mayores desafíos fue entrar a Corea del Norte, lo que logró inscribiéndose como atleta amateur para participar en una maratón. También logró entrar a Sudán en plena guerra civil, donde drones sobrevolaban la ciudad donde se alojaba. Finalmente, eligió cerrar su viaje en Venezuela, en el Parque Nacional Canaima, entre hamacas, cascadas y monos.
El broche de oro fue una fiesta en Barcelona con familiares y amigos disfrazados con atuendos típicos de distintos países. “Verlos celebrando conmigo fue un momento único, no puedo explicar la felicidad”, expresó Ramiro, quien compartió gran parte del camino con su pareja Clara, a quien definió como “fundamental” para lograr este objetivo.
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Sobre su futuro, Ramiro planea tomarse un tiempo para reflexionar y disfrutar el logro. “No hay momento perfecto para empezar a cumplir un sueño. Hay que animarse y construir el camino mientras se avanza”, reflexiona, dejando un mensaje claro para quienes dudan en perseguir sus metas.
Fuente: La Nación.