En octubre de 2020, un equipo de investigadores adjuntó un dispositivo de seguimiento a una tiburón hembra porbeagle con el objetivo de monitorizar su comportamiento hasta el parto. Sin embargo, 158 días después, el dispositivo emitió señales preocupantes: el tiburón había sido devorado. Este descubrimiento, inesperado y alarmante, es la primera evidencia de que los tiburones porbeagle, depredadores tope, pueden caer víctimas de otros tiburones más grandes.
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El análisis de los datos del dispositivo de seguimiento mostró que la temperatura y los patrones de buceo del tiburón cambiaron drásticamente en cuestión de horas, lo que llevó a los científicos a la conclusión de que había sido ingerido por otro animal. Según el estudio publicado en *Frontiers in Marine Science*, se descartó la posibilidad de que el depredador fuera un mamífero como la orca debido a las temperaturas registradas. Los investigadores creen que fue otro tiburón endotérmico, con el tiburón blanco o el tiburón mako de aleta corta como los principales sospechosos.
Este hallazgo tiene implicaciones importantes para la conservación del tiburón porbeagle, una especie catalogada como vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La sobreexplotación pesquera redujo la población de estos tiburones en un 75-80% para el año 2001, y aunque la especie mostró signos de recuperación bajo regulaciones pesqueras, su baja tasa reproductiva y longevidad hacen que el proceso sea lento.
Los investigadores habían comenzado el estudio para entender mejor los patrones de embarazo de los tiburones porbeagle, marcando a 11 ejemplares durante dos temporadas. El caso de la tiburón devorada destaca la importancia de seguir monitorizando las interacciones entre especies en las profundidades del océano. Según la investigadora Brooke Anderson, la pérdida de una hembra reproductora y sus crías puede tener un impacto significativo en la viabilidad de la especie.
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El estudio no solo evidencia un evento raro de depredación entre tiburones, sino que también subraya la necesidad de más investigaciones para comprender mejor estas interacciones y su impacto en especies en peligro.
Fuente: Infobae.
Foto: desdelaguaira.