Desde sus orígenes en África hasta su expansión global, el café ha sido una de las bebidas más consumidas del mundo. Sin embargo, las condiciones climáticas extremas amenazan su producción y su precio.
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El café, una de las bebidas más populares del mundo, tiene una historia que se remonta a siglos atrás. Consumido a diario por millones de personas en todos los rincones del planeta, su origen se encuentra en Etiopía, donde la planta silvestre de Coffea fue descubierta. Según National Geographic, fue en la región de Kaffa, en Etiopía, donde se reconocieron por primera vez las propiedades estimulantes del café, alrededor del siglo IX. Sin embargo, el consumo de esta planta no se limitó a África. Fue a través de Arabia donde se empezó a cultivar y popularizar el café, extendiéndose a Constantinopla y luego al resto del mundo, transformándose en una de las materias primas más lucrativas.
Existen diversas leyendas sobre el descubrimiento del café, como la famosa Leyenda de Kaldi, un pastor árabe que, tras observar que sus cabras se mantenían más activas luego de consumir bayas de café, probó el fruto y sintió un aumento de energía. Esta historia, aunque romántica, resalta el impacto de la cafeína, el compuesto responsable del popular efecto estimulante que le da al café su característica vitalidad. Sin embargo, el consumo del café no fue solo para obtener energía: los monjes árabes también comenzaron a utilizarlo para mantenerse despiertos durante sus vigilias nocturnas, lo que consolidó aún más su presencia en el mundo árabe.
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Hoy en día, el café arábica (C. arabica) y el café robusta (C. canephora) son los dos principales tipos de café consumidos. América Latina, en particular Brasil y Colombia, junto con países de África Oriental y algunas zonas de Asia y el mundo árabe, son los principales productores de estos granos, que siguen siendo de enorme importancia económica. Sin embargo, el cambio climático ha alterado la producción de café a nivel mundial, con sequías y heladas severas que afectan especialmente a países como Brasil y Vietnam, los mayores productores globales. Según un informe de la FAO, las fluctuaciones climáticas, como las prolongadas sequías en Vietnam o las lluvias excesivas en Indonesia, han reducido considerablemente la producción en los últimos años.
Los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes y graves debido al cambio climático, amenazan la estabilidad de la producción de café, lo que ha provocado un aumento en los precios. Esto no solo afecta a los consumidores, sino que también genera preocupaciones sobre la seguridad alimentaria mundial, ya que la producción agrícola en general será vulnerable a estos cambios.
El futuro del café podría depender de cómo se adapten las regiones productoras a estas nuevas condiciones climáticas. Expertos como Pete Falloon, de la Met Office, advierten que la producción de alimentos en todo el mundo continuará enfrentando sacudidas por el aumento de las temperaturas globales, lo que pone en riesgo no solo el café, sino muchas otras materias primas esenciales para la humanidad.
Fuente: National Geographic
Foto: Archivo