Reducir las retenciones a la soja durante el pico de la cosecha gruesa le costó al Gobierno unos USD 800 millones en recaudación, según cálculos del consultor Javier Preciado Patiño. Aunque logró una fuerte liquidación de divisas, ahora enfrenta un dilema: subirlas nuevamente podría erosionar la rentabilidad del productor y generar tensión en el mercado cambiario en plena campaña electoral.
La soja concentró el 86% de la pérdida fiscal del segundo trimestre, y según estimaciones privadas, el Estado podría haber recaudado USD 3.500 millones si no aplicaba la baja temporal. Finalmente, recibirá alrededor de USD 2.700 millones.
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El reciente decreto que excluye a la soja y al maíz de la prórroga de reducción, manteniéndola solo para trigo y cebada, ya generó malestar en el sector agropecuario, justo antes de la tradicional Exposición Rural de Palermo.
Si las retenciones vuelven del 26% al 33% a partir del 1° de julio, los analistas anticipan una caída en las ventas de agosto y septiembre. Con entre 20 y 22 millones de toneladas aún sin vender, la medida podría presionar el tipo de cambio.
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“El Gobierno apuesta a que la industria aceitera mantenga compras para sostener sus plantas activas. Incluso China acaba de comprar harina de soja a Argentina luego de años”, explicó Preciado Patiño.
Fuente: Infobae.