Excavaciones tras el incendio de 2019 permitieron desenterrar 1035 fragmentos del coro alto, una obra maestra gótica del siglo XIII, perdida durante siglos.
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Tras el devastador incendio de abril de 2019 en la catedral de Notre Dame, las obras de restauración revelaron un hallazgo arqueológico inesperado: más de mil fragmentos del antiguo coro alto, una obra maestra de la escultura gótica pintada, perdida desde el siglo XVIII. Este descubrimiento, liderado por Christophe Besnier y su equipo del Instituto Nacional de Investigación Arqueológica Preventiva, incluyó esculturas de tamaño natural, fragmentos pintados y dos ataúdes de plomo, transformando una tragedia en una oportunidad histórica.
El coro alto, que originalmente separaba el santuario del resto de la catedral, fue desmontado en 1710 por órdenes del rey Luis XIV y enterrado en el mismo sitio. Entre los fragmentos desenterrados se destacan una escultura de Cristo con detalle y delicadeza excepcionales, que refleja la pasión y la devoción medieval. Este biombo narraba la pasión de Cristo a través de figuras y escenas pintadas, sumergiendo a los fieles en un momento místico de conexión espiritual.
Aunque las excavaciones debían ser breves y superficiales, los arqueólogos obtuvieron permiso para profundizar más allá de los 40 centímetros iniciales, extendiendo el tiempo de trabajo a dos meses. Este esfuerzo permitió recuperar aproximadamente 700 piezas con restos de pintura, arrojando luz sobre cómo lucía la catedral en la Edad Media, cuando los colores vivos decoraban sus esculturas y paredes.
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A pesar de la riqueza del hallazgo, gran parte del coro aún permanece bajo tierra. Aunque la restauración de Notre Dame sigue en marcha para su reapertura en diciembre de 2024, la continuación de las excavaciones arqueológicas no figura en los planes inmediatos. Besnier reconoce que, sin el incendio, esta oportunidad única de explorar el pasado oculto de Notre Dame nunca habría sido posible.
El legado de Notre Dame ahora no solo se renueva con su reconstrucción, sino también con este vistazo al esplendor medieval que yacía oculto bajo su suelo durante más de 300 años.
Fuente y foto: National Geographic