El funeral del papa Francisco tendrá lugar el viernes 26 de abril a las 10 de la mañana en la plaza de San Pedro, frente a la basílica vaticana.
Allí fue donde el pontífice argentino realizó su última aparición pública durante la misa de Pascua. La ceremonia estará a cargo del decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, y se espera la presencia de jefes de Estado de todo el mundo.
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El miércoles 23 comenzarán los actos fúnebres con una procesión que trasladará el cuerpo de Francisco hacia la basílica vaticana. Este recorrido, encabezado por el camarlengo Kevin Joseph Farrell, incluirá una oración y pasará por la plaza Santa Marta, la plaza de los Protomártires Romanos y el Arco de las Campanas, antes de ingresar por la puerta central del templo.
Una vez dentro, el féretro será colocado bajo el baldaquino del Altar de la Confesión, donde el cardenal camarlengo presidirá una Liturgia de la Palabra. Al finalizar, los fieles podrán acercarse para rendir homenaje. A diferencia de funerales papales anteriores, el cuerpo será expuesto directamente en el ataúd, sin catafalco ni báculo papal, conforme a los deseos de Francisco.
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El papa emérito, que falleció a los 88 años, dejó instrucciones claras en su testamento sobre cómo deseaba ser enterrado. Indicó que su sepultura debía ser sencilla, sin ornamentos, “en la tierra” y con una única inscripción: Franciscus. También pidió que su lugar de descanso fuera entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, dentro de la basílica de Santa María la Mayor.
Con esta ceremonia culmina una etapa histórica para la Iglesia. El papa Francisco, primer pontífice latinoamericano, dejó una huella profunda tanto en el Vaticano como en el mundo, y será despedido conforme a su estilo: austero, cercano al pueblo y coherente hasta el final con sus convicciones.
Fuente: DW.
Foto: Vatican Media/REUTERS.