Revelaciones del fiscal Pablo Vignaroli sobre desvíos de fondos destinados a organizaciones sociales en Neuquén, ha desatado un debate sobre la transparencia en la gestión de recursos públicos.
En Neuquén, los subsidios destinados originalmente fueron desviados sistemáticamente, obligando a los beneficiarios a realizar aportes mensuales que terminaban en manos de líderes superiores dentro de las entidades.
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Los allanamientos realizados como parte de la investigación inicial revelaron prácticas coercitivas, incluyendo la obligación de participar en manifestaciones o cortes de ruta bajo amenazas de represalias. Aquellos que no cumplían con estas exigencias enfrentaban la privación de beneficios esenciales como bolsas de comida.
El caso adquiere mayor gravedad al conocerse que la Cooperativa Viento Sur recibió aportes no reintegrables por más de $1.183 millones en un solo año, destinados al Programa de Capacitación de Integrantes de Organizaciones Sociales. Estos fondos debían promover oportunidades laborales mediante la formación en oficios, según disposiciones legales específicas.
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El fiscal Vignaroli enfatizó la obligación de rendir adecuadamente los fondos públicos, asegurando que se utilicen de acuerdo con su propósito original y conforme a la Ley de Administración Financiera. El escándalo ha provocado un debate sobre la transparencia en la asignación y rendición de fondos públicos, subrayando la necesidad de fortalecer los mecanismos de control y supervisión para prevenir futuros casos de corrupción.