Un reciente estudio computacional reveló que la posibilidad de un choque galáctico con Andrómeda es casi un 50% menor a lo que se creía. El evento, si ocurre, será en miles de millones de años, cuando la vida en la Tierra ya no exista.
MIRÁ TAMBIÉN | Servir a la comunidad: Feliz Día Nacional del Bombero Voluntario
Un equipo de astrofísicos dio a conocer este lunes 2 de junio de 2025 una nueva simulación que modifica las proyecciones sobre uno de los eventos cósmicos más estudiados: la futura colisión entre la Vía Láctea y la galaxia de Andrómeda. Según los nuevos cálculos, la probabilidad de que ambas galaxias colisionen se redujo en casi un 50%, desafiando estimaciones anteriores que indicaban un choque casi inevitable dentro de unos 4.500 millones de años.
Ambas galaxias se están acercando actualmente a una velocidad de 100 kilómetros por segundo, lo que había llevado a la mayoría de los modelos anteriores a predecir una fusión galáctica en el futuro lejano. La nueva proyección, basada en avanzadas simulaciones computacionales, ofrece un escenario más complejo y con múltiples variables, incluyendo las influencias gravitacionales de otras galaxias cercanas y los movimientos propios de los sistemas estelares.
El fenómeno, de concretarse, ocurriría en un momento en que ya no existirá vida en la Tierra, debido a que el Sol habrá agotado su combustible y expandido hasta extinguir toda forma de vida en nuestro planeta.
MIRÁ TAMBIÉN | Auroras australes podrían iluminar el cielo patagónico
Estudios anteriores incluso habían planteado que muchos sistemas estelares podrían terminar siendo absorbidos por el agujero negro central de la galaxia resultante, una hipotética fusión conocida como “Milkomeda”. Sin embargo, este nuevo enfoque sugiere que no todas las trayectorias conducirán a una colisión directa, sino que muchas estrellas podrían simplemente orbitar una alrededor de la otra o pasar de largo.
Este cambio en las predicciones es significativo para la comprensión de la evolución galáctica y resalta la importancia de la tecnología en la astrofísica moderna, ya que gracias a los nuevos modelos se pueden reevaluar teorías que antes parecían definitivas.
Fuente y foto: DW