Las inundaciones monzónicas que asolaron Nepal el fin de semana han dejado un saldo trágico de al menos 225 muertos, y los supervivientes están expresando su indignación hacia el gobierno por la falta de respuesta ante la catástrofe.
En un país donde las inundaciones y deslizamientos de tierra son comunes durante la temporada de monzones, muchos residentes criticaron los insuficientes esfuerzos de socorro en las zonas más afectadas.
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En Katmandú, barrios enteros quedaron inundados, y algunos pueblos remotos siguen esperando ayuda. Mira KC, una residente de Kavre, lamentó: «No hay carretera, así que nadie ha venido. Aunque vengan, aquellos que murieron ya están muertos, y el daño está hecho». La falta de infraestructura adecuada ha exacerbado la situación, dejando a muchos a merced de las inclemencias del tiempo.
Los informes indican que más de 4,000 personas han sido rescatadas, pero otros 24 aún permanecen desaparecidos. Man Kumar Rana Magar, habitante de un barrio marginal, afirmó que aunque recibió refugio temporal en una escuela, fue obligado a marcharse antes de estar listo para regresar a su hogar anegado. “Si no se pueden ocupar de los pobres tan cerca, ¿qué harán por los otros?”, cuestionó.
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Los expertos apuntan al cambio climático como un factor que ha intensificado la frecuencia y severidad de las inundaciones en la región. Arun Bhakta Shrestha, del Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas, enfatizó que las autoridades no se prepararon adecuadamente para el desastre, a pesar de los pronósticos de tormentas intensas. Esta falta de preparación ha dejado a muchas comunidades en una situación vulnerable y desesperada.
Fuente: RFI.
Foto: Reuters.