La desigualdad en la distribución del ingreso en Argentina alcanzó su peor registro en el tercer trimestre de 2024, con un aumento en el coeficiente de Gini y un creciente desempleo, mientras los salarios siguen siendo insuficientes para mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
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La desigualdad en Argentina ha alcanzado un nuevo récord negativo, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). El coeficiente de Gini, que mide la distribución del ingreso, creció del 0,434 al 0,435 en el tercer trimestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior, lo que refleja un aumento en la brecha entre los ingresos altos y bajos. Este indicador mostró que la distancia entre los extremos de ingresos fue de 14 veces, lo que refleja una creciente concentración de la riqueza en pocas manos.
El informe del INDEC destaca que el 10% de la población con mayor ingreso per cápita familiar concentró el 32,4% del ingreso total, 18 veces más que el 10% con menor ingreso. Este fenómeno se da en un contexto de creciente desempleo, que aumentó del 5,7% al 6,9%, lo que implica que más de 1,5 millones de personas se sumaron a las filas de desocupados entre julio y septiembre de 2024.
Otro dato preocupante es la caída del empleo de calidad, que disminuyó en un 3,8% interanual, lo que refleja la reducción de la ocupación formal en el país. En contraste, el trabajo precario, sin descuentos jubilatorios, experimentó un leve incremento (+0,04% interanual).
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El economista Pablo Ferrari señaló que la tendencia a la desaceleración inflacionaria podría consolidar estos niveles de desigualdad, ya que no se observa una actualización significativa de los salarios reales. “Inflación cero para estabilizar, es una estatua”, destacó Ferrari, al referirse a los límites del modelo económico actual para generar mejoras en la distribución de los ingresos.
En cuanto a los ingresos, el informe indicó que el ingreso promedio de la población ocupada fue de $612.035, mientras que el ingreso mediano se situó en $500.000, lo que refleja una gran disparidad en los ingresos. Los primeros cuatro deciles de la población ocupada tuvieron un ingreso promedio de $200.163, mientras que los deciles más altos (9 y 10) alcanzaron un promedio de $1.455.768.
En el sector asalariado, se registraron 9.562.508 personas con un ingreso promedio de $640.470. Sin embargo, la disparidad es aún mayor entre los trabajadores con descuento jubilatorio, que ganaron en promedio $810.560, frente a aquellos sin descuento, cuyo promedio fue de $334.819. Además, el informe destacó una significativa brecha de género: el ingreso promedio de las mujeres fue un 27,7% inferior al de los varones.
Fuente: Ámbito Financiero
Foto: Archivo