El precio de la ropa volvió al centro del debate en Argentina. Tras el último informe del INDEC, que mostró que el rubro “Prendas de vestir y calzado” subió 3,8% en abril, economistas y especialistas advierten que la indumentaria en el país es, en promedio, un 40% más cara que en países vecinos como Chile y Brasil. Las medidas oficiales para bajar costos, como la reducción de aranceles, tuvieron hasta ahora un impacto limitado.
El dato que más resuena es la diferencia de precios entre productos idénticos en la región. Por ejemplo, una remera que en Argentina cuesta 26 dólares puede conseguirse en Brasil a 12 y en Chile a 19. Una camisa masculina que aquí vale 76 dólares, se encuentra a 63 en Brasil y a 48 en Chile. Esta brecha se da incluso luego de que el Gobierno redujera los aranceles de importación de ropa, calzado e insumos textiles en marzo pasado.
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De acuerdo con el economista Gustavo Ludmer, de Fundar, los altos precios de la ropa responden a múltiples factores estructurales: barreras a la importación, presión tributaria, volatilidad macroeconómica, bajo acceso al crédito, y altos costos de comercialización. Solo en impuestos, una remera paga el 50% de su valor final, a lo que se suman gastos de logística, marketing y alquileres.
Desde el sector industrial afirman que el recorte de aranceles, lejos de beneficiar a los consumidores, perjudica a la producción nacional al incentivar compras al exterior. Además, señalan que durante los años de mayores importaciones, los precios también aumentaron, lo que muestra que abrir la economía no garantiza una baja sostenida de costos.
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La conclusión parece clara: mientras se mantenga un combo de presión fiscal, baja productividad, y altos costos internos, la ropa en Argentina seguirá siendo más cara que en el resto del continente. Y, aunque medidas como la baja de aranceles buscan alentar la competencia, su impacto concreto aún es marginal.
Fuente: TN.