Tras la destitución de Michel Barnier, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, busca un reemplazo que fortalezca su base política. La izquierda pide protagonismo, mientras la ultraderecha denuncia exclusión.
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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha confirmado este martes que en las próximas 48 horas designará al sucesor de Michel Barnier en la jefatura de Gobierno. La decisión llega después de que el Ejecutivo anterior fuera depuesto mediante una moción de censura, lo que obliga al mandatario a reconfigurar su estrategia política.
En reuniones con líderes socialistas, ecologistas y comunistas, Macron ha intentado ganar apoyos dentro de un panorama político fragmentado. Sin embargo, ha excluido nuevamente a La Francia Insumisa (LFI) de estas negociaciones, lo que generó críticas de su líder, Jean-Luc Mélenchon, quien acusó a sus aliados del Nuevo Frente Popular (NFP) de «negociar con las derechas».
Olivier Faure, jefe del Partido Socialista, reiteró la exigencia de que la jefatura del Gobierno recaiga en la izquierda, el bloque con mayor representación en la Asamblea Nacional. «Reivindicamos que el primer ministro sea de izquierda», declaró Faure, subrayando la necesidad de un cambio político en Francia.
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Por otro lado, Marine Le Pen, líder de Agrupación Nacional, lamentó el «desprecio» de Macron hacia la ultraderecha, calificando su exclusión de las negociaciones como una prueba de su posición como «verdadera oposición». «Nos otorgan la medalla de la oposición», afirmó Le Pen, diferenciándose de lo que describió como un «partido único» en el resto del arco político.
El anuncio de Macron, que tendrá lugar en las próximas horas, marcará el rumbo político del país en medio de tensiones y desafíos para garantizar la estabilidad de su Gobierno frente a una Asamblea Nacional dividida.
Fuente: europapress
Foto: Archivo