En una interesante charla con los pediatras Federico Crowder y Lorena Garcés en Radio 3 Andina, se abordaron diversos temas relacionados con el manejo de la fiebre en los niños. Según Crowder, «la fiebre no es una enfermedad, sino un signo clínico que indica que el cuerpo está combatiendo una infección». Es decir, la fiebre actúa como una defensa natural del organismo, y aunque genera ansiedad en los padres, es importante entender que es una aliada.
MIRÁ TAMBIÉN | Capacitan a personal para reforzar la seguridad en el Instituto Penitenciario Provincial
Crowder destacó que «en más del 90% de los casos, las infecciones en pediatría son virales y el cuerpo las resuelve por sí mismo». La fiebre eleva la temperatura corporal para evitar la replicación de bacterias y virus, lo que significa que su presencia no necesariamente implica un cuadro grave. «Podemos decir que tener fiebre es positivo porque indica que el sistema inmune está trabajando», añadió.
Un aspecto fundamental es cómo medir la fiebre adecuadamente. Según Crowder, «la mejor manera de tomar la temperatura es con un termómetro digital en la zona de la axila». No recomienda el uso de termómetros de mercurio ni los sensores infrarrojos, ya que estos últimos no son tan precisos. «Hablamos de fiebre cuando la temperatura supera los 37,8 grados», indicó el pediatra.
En cuanto al tratamiento, la fiebre no debe causar pánico. Lorena Garcés subrayó que «es importante conocer las banderas rojas, como la edad del paciente y otros signos clínicos que acompañen la fiebre». A veces, un pequeño sobrecalentamiento puede causar febrícula en bebés pequeños que aún no regulan bien su temperatura. «En esos casos, basta con desabrigar un poco al niño para regular su temperatura», aconsejó Garcés.
Crowder también desmintió algunos mitos comunes, como la creencia de que «la fiebre es dañina». Aclaró que la fiebre no causa daño cerebral, a menos que la temperatura supere los 42 grados, lo cual es muy raro en infecciones comunes. También explicó que «la fiebre no sigue subiendo indefinidamente». En realidad, la temperatura corporal sube y baja en ciclos, y en muchos casos, la fiebre se regula por sí sola sin necesidad de medicación.
MIRÁ TAMBIÉN | Impulsan normativas ambientales para el control de emisiones de metano
Para cerrar, Garcés señaló la importancia de saber cuándo acudir a la guardia. «Un bebé menor de tres meses con fiebre debe ser revisado de inmediato, ya que su sistema inmune aún es inmaduro», afirmó. Además, recomendó que los padres presten atención a los niños que presentan dificultad para respirar, manchas en la piel que no desaparecen con presión o fiebre que persiste más de 48 horas sin un foco claro.